Cuando una cultura organizacional adopta “¿Cuál es la próxima acción?” como consulta operativa estándar, hay un aumento automático de energía y enfoque.
¿Por qué? Porque la pregunta obliga a la claridad, la responsabilidad, la productividad y el empoderamiento.
Claridad
Demasiadas discusiones terminan con la sensación de que las personas no saben lo que han decidido y lo que van a hacer. Sin una conclusión clara de que hay una próxima acción, mucho menos qué es o quién la tiene, la mayoría de las veces quedan muchas “cosas” en el aire.
El mundo es demasiado impredecible en estos días para permitir suposiciones sobre los resultados: debemos asumir la responsabilidad de llevar las cosas a la claridad.
Responsabilidad
El lado oscuro de las “culturas colaborativas” es la alergia que fomentan a responsabilizar a cualquiera por tener la pelota. “¿Mio o tuyo?” desafortunadamente no está en el vocabulario común de muchas organizaciones. Demasiadas reuniones terminan con un sentimiento de que algo debería suceder, y la esperanza de que no es tu trabajo personal hacer que suceda.
La verdadera “unión” de un grupo se refleja en la responsabilidad que todos asumen para definir las cosas reales que se deben hacer y las personas específicas asignadas para hacerlo, de modo que todos se liberen de la angustia de las acciones aún indecisas.
Productividad
En el mundo del trabajo del conocimiento, todas las mejoras en computadoras y telecomunicaciones no harán ninguna diferencia a menos que las personas involucradas aumenten su capacidad de respuesta operativa. Y eso requiere pensar en algo antes de que tengas que hacerlo.
Una de las mayores fallas de productividad en algunas organizaciones es la falta de próximas acciones determinadas para proyectos largos. “Largo plazo” simplemente significa “más pasos hasta que esté hecho”, no “no hay necesidad de decidir las próximas acciones porque el día del juicio final está muy lejos”.
Empoderamiento
Las personas están constantemente haciendo cosas, pero generalmente solo cuando tienen que hacerlo, bajo presión de ellos mismos o de otros. No tienen la sensación de ganar, o de tener el control, o de cooperar entre ellos.
Hacer que las cosas funcionen por tu propia voluntad, antes de que la presión externa y el estrés interno te obliguen a hacerlo, construye una base sólida de autoestima.
Recomendaciones
Te invitamos a preguntar en todo tipo de reunión, ya sea individual o grupal, hasta que sientas que una acción física concreta ha sido establecida. Y sobre todo quien es el responsable de la misma. Es una herramienta muy simple de aplicar y tiene efectos inmediatos. Empezá hoy a construir este hábito en tu organización.
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